20 de julio 2013
Un mundo feliz
Un libro bastante difícil, me a cautivado algunas de sus páginas
pero casi ya al final y más de la mitad del libro, pienso que el libro tiene
verdad, pero que para llegar a ella tienes que pasar por un tipo laberinto de información
que no concuerda con la realidad y difícil de entender y con palabras muy técnicas
de química y biología que no logro comprender, habla mucho del soma, pienso que
aterrizándolo a la realidad moderna quiere decir alchol o asprina o cocaína o
marihuana o en el último de los casos la coca cola!
“pero yo no quiero la comodidad, yo quiero a Dios, quiero la
poesía, quiero el verdadero riesgo, quiero la libertad, quiero la bondad. Quiero
el pecado.
John, El salvaje.
Si se permitieran pensar en Dios, no se dejarían degradar
por agradables vicios. Tendrían una razón
para llevar las cosas con PACIENCIA y para
EJECUTARLAS con valor.
John, El salvaje.
Se libran de todo lo desagradable, en vez de aprender a
soportarlo.
John, El salvaje.
Envejece el hombre; percibe un sentimiento radical de
flaqueza, de cansancio, de malestar, que acompaña al avance de la edad; y, al
sentirse así, se cree enfermo, adormece sus temores pensando que aquel penoso
estado se deba a una causa determinada, de la que, cual de una enfermedad espera
curarse ¡ Vanas imaginaciones!
Mustafá Mond
Reclamo el derecho a ser desgraciado
Sin hablar del derecho a envejecer y volverse feo e importante;
el derecho a tener sífilis y cáncer; el derecho a tener poco que comer; el
derecho a ser piojoso; el derecho a vivir en constante inquietud por lo que
ocurrirá mañana; el derecho a pescar la tifoidea; el derecho a ser atormentado
por indecibles dolores de todas clases
-los reclamos todos-
-por nosotros concedidos
Discusión entre John el Salvaje y Mustafá Mond.
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